miércoles, 9 de marzo de 2016

Tripa que ruge, cabeza que manda

Rincones

  A veces tengo hambre y no puedo admitirlo, eso sería dar la razón a todos los que me dicen que no puedo estar sin comer. Pero el hambre es real, mi tripa ruge, pero mi cabeza manda, hasta que me decido y me levanto directa en busca de algo que me sacie. Pero en el camino, por suerte o por desgracia, me encuentro con un espejo que me dice que me detenga y aguante el dolor, que valdrá la pena, entonces, ni lo dudo, vuelvo a mi cuarto y aguanto, algún día me funciona y otros no, pero lo intento, porque parece convincente la idea de verme bien, de sentirme bien fisicamente. 
  Mi cabeza manda, y a veces me gustaría saber que pasaría si aquel espejo del pasillo reflejara mi yo interior. Reflejara mis pensamientos y sentimientos, quizá me vería peor que ahora, y vería la necesidad que tengo de desobedecer aquellos pensamientos que controlan mi vida, que no me dejan comer, y que no me pasan ni una, y si lo hago, me condenan al deseo de vomitar y llorar, de encerrarme y castigarme por desobedecer. Por saber o creer que engordaré, por el miedo que tengo a engordar y que eso me haga infeliz.
 Soy consciente de que la realidad, mi realidad, tampoco me hace feliz, pero dudo y no se donde encontrar la felicidad, por ahora no soy capaz de verla en nada. A la vista está que en dejar de comer no la he encontrado, a base de vómitos, mucho menos pero ni siquiera la sé encontrar del todo en una alimentación normal. Sigo en en busca de ella, en vida sana y saludable, consciente de que esto solo acaba de empezar y falta mucho camino por recorrer.

  En este recorrido, en este combate contra mi misma, he encontrado varios rincones donde puedo tapar o disimular todos estos sentimientos, uno de ellos es Ricardo, mi novio. No se como lo hace, pero es capaz de conseguir todo aquello por lo que lucho, consigue combatir todos mis pensamientos. Consigue que me sienta en perfecta imperfección y que todo deje de tener tanta importancia. 
  Con él, mi dolor pierde tanta magnitud, y da paso a la felicidad que busco. Es triste que por ahora solo él pueda de hacerlo, deseo y espero que este apoyo siga siempre a mi lado, pero soy joven y consciente de que el peso de mi felicidad tiene que ser mío y solo mío. Por ahora le tengo para ayudarme y apoyarme, pero mi propósito sigue en  mi, 
y solo en mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario