Un día más, pero no uno cualquiera, hoy la tierra vuelve a su sitio, ya que es año bisiesto. Hoy, depués de cuatro años de inestabilidad, vuelve a su sitio de origen, si. Y aprovecharé este día para hacer yo lo mismo, llevo cuatro años o más bastante inestables, no encuentro sitio en mi mente para posicionarme, realmente, mi vida es una completa montaña rusa de emociones y sentimientos que no parece encontrar su punto estable. Quizá sea cosa de la edad y adolescencia, cosa del amor o mi enfermedad, sea por lo que sea, no soy capaz de encontrarme, entenderme y asentar mi cabeza en la realidad en la que vivo, mi realidad, paralela a la de otro cualquiera y muy alejada de lo común. Soy Alhoe, una adolescente aparentemente normal y común entre la multitud, aparentemete. Mi apariencia es corriente y natural, no revela los múltiples trastornos alimenticios que padezco. No suelo destacar ni cautivar a nadie, es más, vengo a ser de aquel "montón" tan conocido. 
  Tengo amigos, familia, novio y gente que me quiere, de hecho, si cualquiera de ellos tuviera que contar mi historia, seria muy normal, muy común e incluso muy feliz y afortunada. Pero es triste saberlo, ser consciente de ninguno de mis cercanos seria capaz de contar o conocer mi realidad. Ninguno de ellos es capaz de ser en mi, conocer en mi y sobretodo, sentir en mi. Más triste es saber que si cualquiera de ellos lo fuera, le aterrorizaría mi conocer, mi manera de pensar y de entender.
  A veces me siento víctima de mi misma, y no me refiero a aquello de saber dar pena, sino realmente mi cabeza lucha día a día contra mi, me hace daño y combate en contra de mi propia voluntad, me trastorna a todo momento. Soy muy perfeccionista hasta el punto de diluir el concepto "felicidad", inexplicablemente parece que ser infeliz para llegar a la perfección es lo que me hace feliz. Pero el tiempo pasa, y si te paras a pensar, la perfección absoluta es imposible, de hecho, dicen que la perfección se encuentra en las pequeñas imperfecciones, aquellas que mi cabeza no es capaz de pasar por alto. Entonces nunca alcanzo ni alcanzaré la perfección, a mi conocer es imposible, pero mi cabeza lucha contra inalcanzables, y se resuelve en frustración, falta de autoestima y lucha interna y diaria, contra mi, contra mi cabeza, contra mi familia, contra la gente que me quiere..
¿Es perfecto aquel que no sabe recompensar tanto amor a sus cercanos?
  No, claro que no, soy perfeccionista y eso me duele, me duele no saber recompensarles tanto amor y cariño, me duele no ser yo cuando toca serlo, me duele que mi cabeza, frustrada y dolida responda y actúe por mi. Más frustración y odio, más dolor propio. 
  Me encuentro en la rueda de la perfección, de una perfección inexistente, de la que no se sale, ni se controla, se destruye. Y ese es mi propósito, no busco el conformismo, busco la superación a mi cabeza, a mis pensamientos y a mi conocer de la realidad

Alhoe.