jueves, 10 de marzo de 2016

Rabia

Por ellos, por mi, por nosotros..

  A todo el mundo le ha pasado alguna vez, todo el mundo ha tenido rabia y dolor. Pero no hablo de rabia como cualquier frustración del día a día, no, hablo de rabia como aquel ataque de nervios en el que los músculos se contraen y sientes que tienes más fuerza que nunca, en el que aprietas los puños a más no poder, gritas, corres, pegas, no hay control. 

  Suele ocurrir cuando llevas mucho tiempo reteniendo algo, algo que tiene que explotar y que explotará. Hoy he explotado, he caído, en el vómito y dolor, he perdido el control. Creía que no llegaría el momento, me convencí a mi misma de que tenia suficiente poder para superarlo sola, desde casa, sin romper mis estudios y mi rutina. Que error, que gran error..

  Desde hoy, me dispongo a algo nuevo, a un sacrificio imprescindible para no condenarme y cronificarme en la enfermedad. Hoy ya soy consciente de que necesito ingresar, necesito ayuda constante para superarme, necesito paz mental. Me pongo en manos de especialistas a fin de conseguirlo, a precio de perder amigos y quizá todo un curso. En estos momentos me siento frustrada, dolida, rabiosa, triste, pero sobretodo me siento sola. 

  ¿Debería? 
Tengo muy buenos amigos, un cielo de novio y familia.. 
   Que triste y que injusto! Tan acompañada y tan sola, tan atendida y tan necesitada. Pero como siempre, no es suficiente, nunca es suficiente. 
  Me pregunto como es posible estar en casa, con mis padres y mi hermano y percibir aquello como si no hubiera nadie, como si me encontrara en el más profundo y silencioso desierto, llorando, pidiendo ayuda a gritos y que nadie pudiera oírme.

"Soy injusta y egoísta, pobre padre, pobre madre, pobre hermano! Pobrecitos.. No valoro su compañía y apoyo" 

  ¿No crees? 
  Cualquiera en su sano juicio lo creeria, cualqueira que por fortuna no estuvo en mi piel. No se lo deseo a nadie, pero hay veces que me gustaría que ellos, mi familia, tratara de calzar mis zapatos y así pudieran entender las mil batallas que ni yo entiendo, mis nervios, mi rabia, mi dolor, mi llanto y vieran la necesidad imprescindible de desaparecer un tiempo. Por ellos, por mi, por nosotros. 

  Me lo tomaré como un buen negocio, en el que perderé mucho pero ganaré más. En él, invertiré todo aquello que ahora me ocupa y preocupa, y de él, espero un buen beneficio, el mejor beneficio.

  Perderé un año, ganaré una vida.

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